Las familias acompañamos el desarrollo biográfico desde el nacimiento, y podemos hacer una
educación sexual de manera consciente desde la infancia. Los cuentos son una herramienta
fantástica que nos permiten acoger su curiosidad innata. No son solo historias de ficción y fantasía,
sino potentes transmisores de valores y conocimientos, que además fomentan el desarrollo de la
inteligencia emocional y la imaginación. Leerlos en compañía de las y los peques da pie a conversar
tirando de los hilos que surgen de cada historia, con verdad y naturalidad.
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